jueves, 17 de septiembre de 2009

sobre el infierno, que es humano.

Me fumo un porro en mi habitación y miro los dibujos que pinté en la pared una de las primeras veces que lo saqué de mi mente... a él... en esta ronda.

En mi cabeza suenan los primeros acordes de un tema de los queens (otSA)y me recuerdo e imagino a la vez, en una noche de marzo cruzando las vías del tren en bici, escuchando temas de DIOS.
Noches verborrágicas en la cabeza y llenas de vehemencia, en los ojos.

el Silencio, del silencio a la brisa, y en el nosotros rojos
en él, el Augenblick de recuerdos
De asociaciones libres. Algunas no tan libres, mas bien encadenadas, enfermizas, argentinas, deformadas.

Como mi vientre con su bebé adentro
con su propio bebé bolita de sangre
que se murió envuelto
y teme ser obsesión

y en la violencia del olvido
se mece, se canta y se arropa solo...

en el olvido, en el silencio

en el trajín del día a día llen(ad)o de ruido blanco, llen(ad)o de paredes cayadas

des-desentendimiento
Juntos y cómplices, desidentificados. Muy correctos.
Sin catársis, dentro de lo políticamente... violento.

Y LOS INODOROS NO PARAN DE FUNCIONAR

y van a culparme de desertora una y otra vez hasta quedarse sin garganta,

Sin ver que fue la picadora de carne la que me excretó.

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